Este año ha habido una gran batalla entre gigantes tecnológicos. El premio era LinkedIn, la mayor red social empresarial y su gran base de datos. Hubo muchos contendientes en esta batalla, una batalla que se produjo en el silencio. De hecho, supimos de la batalla al finalizar. Con el sabor de la derrota, Salesforce muestra su preocupación por la posición dominante de Microsoft.
Salesforce acusa a Microsoft sobre el futuro uso de LinkedIn
La preocupación llegaba ahora, casi cuatro meses después desde el anuncio de la compra, por parte de Burke Norton jefe legal de Salesforce. Según él, Microsoft tendrá una posición dominante para denegar el acceso a los datos de más de 450 millones de profesionales en 200 países a otras empresas. Comenta Salesforce que podrían hacer eso y amenazar el futuro de la innovación y competitividad. Con esto realizaban un llamamiento a las autoridades de Estados Unidos y Europa para no permitir esta compra ya que iría contra la competencia.
Sorprende que Salesforce haya tardado tanto en quejarse sobre la posible adquisición. Parece que no han asimilado bien la derrota y ahora quieren que las autoridades puedan bloquear la situación. Sería extraño que Microsoft, que ahora es más flexible que nunca, negase el acceso a estos datos.
…y Microsoft responde a las acusaciones
Por su parte, el jefe del departamento legal de Microsoft, Brad Smith ha dado respuesta a su homónimo en Salesforce acerca de este problema. En Redmond han preferido no hacer apenas declaraciones sobre LinkedIn y ha sido la propia LinkedIn la que ha mostrado su entusiasmo con la compra.
Brad Smith indica que para empezar el acuerdo ya casi ha sido aceptado por las autoridades competentes en Estados Unidos, Canadá y Brasil y que deberían actualizar su información. Por otro lado, indica que su intención es ofrecer un precio competitivo en el mercado del CRM donde Salesforce es el dominador del mercado con unos precios elevados.
Parece que el último escollo en la aprobación de la compra de LinkedIn pasa por la Comisión Europea. Habrá que ver si la Comisión se verá afectada por las quejas de Salesforce o si por el contrario harán caso omiso y solo contemplarán el problema desde la perspectiva de la competitividad.