La noción de ecosistema surgió en la década de 1930 para explicar la compleja interacción entre los seres vivos, las corrientes de energía, los recursos materiales, y la comunidad en la que se desarrollan. Aunque tiene una definición intrínsecamente relacionada con la biología, nosotros, los usuarios habituales de tecnología, la hemos extrapolado a nuestro campo.
Por ello “ecosistema tecnológico” define todo aquello que tiene una interacción perfecta entre sí. Los fabricantes llevan años vendiéndonos que el ecosistema es lo más importante, y es cierto. No por cualquier cosa Steve Ballmer (ex-CEO de Microosft) se volvió eufórico a la hora de hablar de los creadores del ecosistema, los desarrolladores:
Cada compañía tecnológica tiene, o ha tenido, su visión de ecosistema, pero a mi me gustaría cercar un poco nuestro punto de mira y fijarnos en las tres grandes compañías tecnológicas de la actualidad: Google, Apple y Microsoft. Y reflexionar un poco sobre la visión de ecosistema de cada una de ellas. Empezamos.
El ecosistema tecnológico
Aunque pueda parecer extraño, realmente creo que solo se podría hablar de 2 visiones distintas: la visión basada en hardware y la visión basada de software. Mientras que Google y Microsoft buscan un ecosistema basado en el software y servicios, Apple lo hace mediante el hardware, dejando la interacción entre ellos a gran escala, a los desarrolladores.
Profundizando más me resulta realmente curiosa la forma de ver un ecosistema que tiene Google. Yo fui uno de los primeros que se enamoró de la visión de Google; servicios de gran calidad al mejor precio posible… gratis. Esto ha sido siempre así para el usuario y, aunque es cierto que existen opciones de pago de muchos de sus servicios, tú no piensas en pagar (con dinero) cuando hablas de Google.
La visión que tenemos de Apple es un poco distinta, ellos venden de siempre una gran experiencia de usuario al combinar software y hardware. Aunque es cierto (con muchos “peros”, tampoco nos volvamos locos) esta afirmación, la realidad es que el verdadero ecosistema de Apple solo se ve en uno de sus productos, y es el iPhone. Pero es un ecosistema muy cerrado, no por número de aplicaciones y posibilidades, donde posiblemente sea el más grande, sino en el lugar, en el tiempo y en el modo.
Un ecosistema cerrado a un hardware muy específico y a unas condiciones muy concretas se limita, al igual que a los ecosistemas biológicos, a dos resultados: la marginación o la extinción. Apple lo sabe y seguramente veamos un cambio de actitud de aquí a no mucho tiempo, hasta entonces es decisión del usuario vivir o no en él, resultado que ya vemos tras las fuertes campañas de marketing basadas en la necesidad, tremendamente efectivas.
Hablar de Microsoft es más complicado, creo que es imposible hablar de la misma Microsoft de hace 10 años a hablar de la Microsoft de hoy. Si me permitís el lujo me gustaría centrarme en la Microsoft de hoy, ya que es la visión que me enroló y me dio la confianza que necesitaba en ellos. Microsoft, al igual que Apple, te cobra por servicios (aunque esta última lo hace en hardware). Pero lo hace de una forma muy inteligente. Busca cobrar por los servicios de una forma a la que al usuario no le resulte molesta. Todos sabemos la consecuencias que tiene un servicio “a priori” gratuito, como los que ofrece Google.
Pero pensaréis, ¿qué sentido tiene todo esto con el ecosistema? bien os lo explico. Si bien Google, fuera de debates morales, hace un buen trabajo de ecosistema, aunque ha optado por una postura arrogante que le aleja de sus propósitos. Dar puertas abiertas de su ecosistema a quien ellos quieren es dar una visión mínimamente más abierta que la que nos da Apple.
Apple da un ecosistema mínimo, al que, seamos sinceros, no se le hace demasiado caso, dejando el verdadero protagonismo a aquello que más valoraba Ballmer, a los desarrolladores y sus programas. Visión que se ha visto beneficiada en su producto estrella, pero que todos sabemos que, bajo esa política, un día llegará a uno de los dos finales que os he dicho anteriormente.
Microsoft sin embargo ha optado por una solución mixta y completa, dando el mismo valor y sentido a todos los ecosistemas, llevando su valor diferencial a todos, buscando el perfecto equilibrio entre la realidad del cliente y la necesidad de la empresa. La gente se asusta al ver que la cuota de Windows Phone no crece en exceso, o que la venta de PCs está a la baja desde hace años, pensando en esos valores como directamente proporcionales al éxito de Microsoft, como sí lo serían para Apple.
Microsoft ha aprendido de sus errores del pasado, ha ganado una amplitud de miras que yo jamás pensé que llegaría a ver, no solo en Microsoft, sino en una empresa de este calibre. No es perfecta ni mucho menos, tiene muchas cosas con las que no estoy de acuerdo, como todo. Pero si pudiera poner en una balanza las sensaciones que me aportan unas y otras, dejaría que el peso hiciera fuerza sobre la placa de Microsoft.
¿Esto quiere decir que defenderé a muerte todo lo que Microsoft diga o haga y criticaré al resto? No, seguramente siga enamorado de servicios y hardware de otras compañías, pero al contrario que si me centrara en el ecosistema de ellas, tengo la seguridad y la confianza que Microsoft, esté en el ecosistema que esté, no me dejará de lado. Esto, claro está, es mi visión personal de los ecosistemas de las distintas empresas, y me encantaría conocer vuestra opinión en los comentarios.