Xbox One viene equipada con un disco duro interno de 500 gigabytes GB. De estos 500GB la mayor parte de este espacio está disponible para guardar juegos y aplicaciones, aunque también hay espacio reservado para las partidas guardadas, el software de la consola y otras funciones del sistema. La Xbox One no permite que podamos reemplazar el disco duro para ampliarlo y ganar más espacio, como sí permite la PS4 de Sony. Cuando fue presentada Xbox One se nos presentó con la opción de poder conectar unidades externas a sus puertos USB. Esta opción no llegó a tiempo para el día de su lanzamiento.
En la próxima actualización, que esperamos recibir en el mes de Junio, tendremos la posibilidad de poder conectar unidades externas a nuestra Xbox One. Más de un usuario, puede sentirse defraudado cuando compruebe que, de primeras, sólo se pueden conectar unidades que cumplan los requisitos mínimos: unidades USB 3.0 o superior y con un espacio igual o superior a los 256GB. Por el momento, podemos olvidarnos de utilizar cualquier otro tipo de unidad, aunque todo esto tiene un sentido, poder jugar a juegos desde una unidad externa, ofrecer velocidad a la hora de mover o copiar contenidos.